Sunday, February 26, 2012

Nuestra carta sobre la disciplina Bíblica y las nalgadas

Hace unos años, mi esposo y yo le escribimos esta carta a nuestro pastor sobre la crianza y disciplina de los niños.  Por fin, llegamos a traducirla al español.

Estimado Pastor,

Estamos muy agradecidos por todas las maneras en que Ud. nos ha ayudado a conectar de una manera más cercana con Dios. Esto, por supuesto, ha tenido una profunda influencia en nuestra manera de criar a los niños. Sin embargo, a la luz de un sermón reciente, nos gustaría presentarle una visión cristiana alternativa de disciplinar a los niños. Los cristianos, por supuesto, son probablemente los más fuertes defensores de los castigos físicos en los EEUU. Es, según dicen, su derecho dado por Dios -- es lo que la Biblia enseña. Esto es exactamente el punto de la discordia y lo que esperamos humildemente refutar.
 

Tomemos el Antiguo Testamento. Algunos (nuestros hermanos cristianos más conservadores) dirían que cubre un período de cerca de 4000-10,000 años, mientras que otros (nuestros hermanos más moderados y liberales), dirían entre 10.000 hasta millones de años. Independientemente de su punto de vista al respeto, tiene que ser asombroso que no hay ningún ejemplo de una nalgada en todo el Antiguo Testamento. Esto es especialmente impresionante si tomamos en cuenta el gran porcentaje de los libros del Antiguo Testamento que son más narrativos que didácticos. También podríamos añadir que no hay ningún ejemplo de una nalgada en el Nuevo Testamento, a pesar de que el período de tiempo es significativamente menor (alrededor de 100 años) y la mayoría de los libros es didáctica y no narrativa.  Sin duda, hay algunos pasajes didácticos en ambos Testamentos que pueden ser interpretados como pro-azotes, sin embargo, pueden ser interpretados desde una perspectiva diferente con buena exégesis.
 

¿No es extraño que una enseñanza que está tan firmemente en manos de tantos creyentes, que no haya ningún ejemplo en cualquier Testamento? Pero, aunque no hay ninguna ilustración en la narrativa bíblica de las nalgadas, si es clara y consistentemente enseñado en pasajes didácticos, entonces tenemos que aceptarlo como Dios ordenó. En el Antiguo Testamento, los únicos pasajes que pueden ser interpretados a favor de las nalgadas se encuentran en un solo libro: Proverbios. Un buen principio hermenéutico es no construir doctrina usando pasajes poéticos. Los Libros de la Sabiduría están llenos de simbolismo e hipérbole y son a menudo un obstáculo para los lectores más literales de interpretación. La "vara" en estos pasajes de Proverbios que muchos ven como una licencia para azotar es simbólico. Es palabra hebrea que se traduce a menudo como cayado de pastor o cetro de rey. Así que, si íbamos a ser más literales, una mejor traducción sería bate y no ramita! Pero eso no es la intención del autor. Esta vara es un símbolo de autoridad y guianza, como un pastor guía a sus ovejas o un rey que rige a su pueblo. Por eso el salmista pudo exclamar con alegría: "Tu vara y tu cayado me consuelan" (Salmo 23:4).  

Tal vez más importante es el significado de la palabra hebrea para "hijo."  En hebreo, es "na'ar," y significa un varón (nunca una niña) casi adulto, un joven con más de doce años.  Hay palabras bien distintas en hebreo para cada etapa de la vida: yeled (recien nacido), yonek (un bebé que solamente toma leche), olel (todavía amamanta, pero también empieza a comer, de seis meses hasta tres años), taph (un niño que está apegado a su mamá, entre cuatro y seis años), elem (un muchacho que está creciendo para ser fuerte (hasta 12 o 13 años), na'ar (un joven que empieza a separase de sus padres) y bachur (un hombre maduro, listo para casarse).    

El libro de Proverbios fue escrito principalmente para los jovenes.  Por eso está lleno de consejos y temas apropiados para ellos, como la mujer extraña.  No fue dirijido a los nenes chiquitos.  Y los versos que hablan de la disciplina usan la parabra na'ar especificamente para ellos, no para los niños menores.  Así que, en hebreo, estos versos hablan de la importancia de la autoridad y guianza en la vida de un joven casi adulto, no de nalgadas para los nenes.
 

Es un poco extraño que las personas que insisten en que los pasajes de un libro poético son un mandato, sin embargo, ignoran instrucciones claras de un pasaje didáctico en la Torá a matar a hijos rebeldes. (Deuteronomio 21:18-21). ¿Por qué la contradicción? Usted afirma que un pasaje es, obviamente, moralmente incorrecto. Consideramos que ambos son moralmente incorrectos, especialmente en vista de la culminación de la revelación progresiva de Dios --- Jesucristo, que nos enseñó, entre otras cosas, que a menos que lleguemos "a ser como niños pequeños" no podemos entrar en el reino de los cielos ( Mt. 18:3. Véase también Mateo 19:14). Implicación: los niños están más en sintonía con Dios que los adultos. Lo cual plantea la pregunta: ¿los injustos deben castigar a los justos?
 

Aunque el Antiguo Testamento es de gran valor, reconocemos que ya no estar bajo la ley cambia la forma en que se aplican algunas de las Escrituras del Antiguo Testamento a nuestra vida cotidiana. Así que, aún si las nalgadas son algo que enseña el Antiguo Testamento, no significa que son aprobadas por el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento, el único pasaje que se utiliza para apoyar las nalgadas es Hebreos 12:4-6. Volviendo a la lengua original de allí, sin embargo, también cambia el significado a la importancia de la disciplina y la autoridad en la formación de un hijo, no el castigo físico. Ciertamente Dios nos disciplina, pero Él no nos golpea físicamente cuando lo hace. Lea el texto. Una exégesis adecuada muestra que las personas a favor de las nalgadas están elegiendo a leer en este pasaje el mismo punto que necesitan para probar su propio punto de vista.

Así que, si la Biblia no nos enseña a castigar con nalgadas a nuestros hijos, entonces tenemos que evaluar la disciplina de acuerdo a otros principios que la Biblia sí enseña claramente. Jesús nos enseña que tenemos dos objetivos: (1) amar a Dios con todo lo que somos y (2) tratar a los demás como nos gustaría ser tratados. No implica e
n ninguna parte que sus palabras no se aplican a la forma en que los adultos tratan a los niños. De hecho, las interacciones de Jesús con los niños mostraron un esfuerzo especial para darles valor a ellos y a sus sentimientos. También nos dice que cualquier cosa que le hacemos al más pequeño de estos que se lo estamos haciendo a él. ¿Puede decir honestamente que usted desea que alguien le golpee? Yo no. Puedo decir honestamente que me gustaría amorosa corrección e instrucción si estuviera haciendo algo malo, pero ser golpeado no sería una parte de ella.
 

El ejemplo de Jesús es que la persona con autoridad tiene una responsabilidad aún mayor para actuar en el amor que la persona bajo autoridad. Debemos demostrar el fruto del Espíritu. Pero, ¿cómo es pegar a un niño compatible con la paz, la paciencia, la bondad y gentileza? La Biblia es muy específica acerca de cómo debemos tratar con el pecado en los demás: nos enseña que en la corrección de aquellos que desobedecen a hacerlo con espíritu de mansedumbre (Gálatas 6:1). Los padres son específicamente advirtidos a no provocar a sus hijos a la ira ni a exasperación para que no se desanimen (Ef. 6:4, Col. 3:21). Cuando las personas más amadas en el mundo deliberadamente le hacen daño a su peque, es bastante desalentador,a pesar de cualquier motivo noble que ellos tengan.
 

La Biblia eñsena claramente que los padres tienen la responsabilidad de disciplinar a sus hijos. Pero la disciplina y las nalgadas no son la misma cosa. La disciplina tiene que ver con la enseñanza y hacer discípulos. Es difícil para los niños a centrarse en una lección de vida, sin embargo, si están distraídos por la ira, el dolor, el miedo o la humillación y el resentimiento que se derivan de ser golpeado. Como profesores y maestros, nuestras clases de educación profesional y nuestros años de experiencia con estudiantes de muchas edades nos han convencido de que la investigación es correcta en mostrar que la gente aprende más eficazmente a través del refuerzo positivo que del castigo (refuerzo negativo).
 

Otro punto importante es que la mayoría de nosotros aprende mejor por un ejemplo - es por eso que Pablo nos escribió a ser imitadores de él como hijos amados. Los niños son expertos en la imitación. Demasiados niños en nuestro país están aprendiendo que la manera de responder a un ofenso es herir a la otra persona.  

 Reconocemos que en otras relaciones de autoridad (empleador / empleado, oficial de policía y civiles, pastor / miembro de la iglesia, el esposo / esposa) que el castigo físico no es apropiado, aun cuando la corrección es necesaria. Los niños son más vulnerables, sin duda podemos encontrar mejores maneras de corregirlos, también.
 

Cuando los cristianos enseñan a los padres a pegar a sus hijos, la mayoría tiene una lista de reglas sobre cómo, cuándo y con qué debe hacerlo. No hay absolutamente ninguna base bíblica para eso.  Son esencialmente preferencias culturales. Siempre significa pegar a un niño con el fin de producir dolor y miedo. ¿Por qué sentimos la necesidad de crear pautas como: sólo pegarle en las nalgas o en las piernas (Proverbios nunca habla de eso--dice en la espalda para los necios, pero no habla de los hijos), sólo el X número de veces, sólo con la mano (para saber si está usando demasiada fuerza), nunca con la mano (para no crear una asociación negativa con la mano del padre). Es darle en las nalgas mejor que la práctica Waorani de abofetear a sus hijos en la cara con ortigas? ¿Por qué, si no resulta en daño permanente? Si Dios no impone un límite en el número de veces de golpear a un niño, entonces quién puede decir que pegarle nueve veces es peor que dos? Muchos adviertan que es importante no sentirse enojado al darles una nalgada.  Así es por lo menos más probabe evitar una pérdida total de control y evitar lesiones físicas y graves.  Sin embargo, ver a la persona a que Ud. ama más que cualquier otro decidir con calma y deliberación hacerle daño es una experiencia escalofriante.
 

Yo diría que la razón detrás de las normas que los cristianos crean es que nuestra conciencia nos está condenando. Estamos conscientes de que lastimar a los que son más pequeños y más débiles va en contra de la naturaleza de Cristo y sentimos la necesidad de justificar y minimizar lo que estamos haciendo en realidad.
 

Otra cuestión es que mientras el niño crece, las nalgadas cuestan más fuerza y más azotes para producir el mismo nivel de dolor y miedo. ¿A qué punto empieza a cruzar la línea al abuso? Por supuesto, la mayoría de los padres dejan de castigarlos físicamente una vez que el niño comience a acercarse a ellos en tamaño y madurez. Estamos de acuerdo en que entonces es más apropiado utilizar la admonición bíblica: "Venid ahora, razonemos juntos ...". Si el niño tiene edad suficiente para entender, las nalgadas no son necesarias. Si el niño es demasiado joven para hablar del asunto con sus padres y tener suficiente dominio propio a controlar sus impulsos (según las investigaciones científicas, el cerebro no es suficiente maduro para hacer tales decisiones por muchos años), entonces el niño es demasiado joven para comprender efectivamente lo que los padres están tratando de enseñar, y castigarlo es cruel y sin sentido.
 

La falsa dicotomía que siempre se sugiere es que si los padres no pegan a sus hijos, tampoco los disciplinan. Eso sugiere que los padres recurren a las nalgadas como su forma principal o única de la disciplina. No queremos decir que los padres sean permisivos y peresozos. La responsabilidad de los padres a disciplinar a sus hijos es grave, incluso temible. Al optar por no pegar, hemos adquirido un conocimiento más profundo de los corazones de nuestros hijos. Se nos ha desafiado a lidiar con la ira y el orgullo, y buscar la sabiduría de Dios, su paciencia y amor. Esta manera proactiva de crianza es más trabajo que simplemente reaccionar con una nalgada, pero ya las recompensas han sido grandes.
 

Hay muchas formas alternativas de disciplina que resultan en armonía y con renovada conexión entre el padre y el niño. Enseñar a un niño a hacer el bien es mucho más eficaz que castigarlo después por hacer el mal. Cuando nosotros como padres obedecemos a nuestra directiva para tratar a los demás como queremos ser tratados, nos da la abilidad de ver las cosas detrás de los ojos del niño y tratar con la raíz del problema y no sólo la supresión de un comportamiento externo. Es asombroso ver como rompe un ciclo de irritabilidad y frustración cuando el padre elige a disciplinar a través de la restauración de la relación. Muchos padres asumen que un "time out" es la opción por defecto si los padres no pegan a sus hijos. Sin embargo, a menudo lo que los niños necesitan es más tiempo con los padres para volver a conectar, inspirar confianza y restaurar. Sin añadir más a esta carta larga, si usted está interesado en otras maneras de disciplinar, estaremos encantados de explicar cómo manejar situaciones específicas o dirigirte a las fuentes que hemos encontrado beneficiosos.
 

El plan detrás de la redención es claro: Dios quiere volver a conectar con nosotros. Toda la historia de la ley muestra que sólo castigar el pecado no puede cambiar el corazón. Lo que cambia los corazones de nuestros hijos es la relación. La obediencia nace del amor y la confianza en lugar de un deseo egoísta de evitar el castigo. Si los niños obedecen simplemente por temor a ser azotado, su motivación no es justo, pero sólo centrado en sí mismo.
 

Como hijo de Dios, mi obediencia no se basa en el temor del castigo. No es motivado por miedo del infierno. Es porque amo a mi Padre celestial y he aprendido a confiar en él.  Mis hijos están aprendiendo a obedecer por las mismas razones. Si mis hijos hacen mal y se arrepienten, pero yo les doy una nalgada, parece muy inconsistente con la forma en que Dios ha perdonado mis errores. Tengo la responsabilidad de mostrar la misma gracia a mis hijos que he recibido. Es la bondad de Dios que nos lleva al arrepentimiento, no su ira.
 

Hemos optado por mirar esto desde una perspectiva cristiana, pero nos parece interesante que la investigación científica está abrumadoramente en contra de las nalgadas. La Academia Americana de Pediatría, al igual que muchas otras organizaciones profesionales relacionadas con niños y la salud, ha emitido una declaración contra el castigo corporal en la base de que no es tan eficaz como refuerzo positivo y que puede ser perjudicial tanto física como emocionalmente. De hecho, hay algunos indicios de que las nalgadas se asocian con el aumento de delincuentes y antisociales, mayor riesgo de abuso y maltrato conyugal, el aumento de riesgo de agresión infantil y la agresión de adultos, la disminución de la salud mental infantil y la disminución de la salud mental de adultos. Tenga en cuenta esto a la luz de la advertencia de Jesús contra los que causan los más pequeños a tropezar.  Hay más de 30 naciones, incluso Israel, que tienen leyes prohibiendo las nalgadas.
 

A veces es difícil discernir lo que la Biblia enseña sobre temas específicos. Usted utiliza a menudo la ilustración de Dios jugando a las escondidas con el fin de animarnos a buscarlo con todo nuestro corazón. Sobre el tema de las nalgadas, nos ha dado destellos de su corazón - la parábola del siervo despiadado (Mt 18,21-35), I Juan 4, Santiago 2:13. Ninguno de estos sugiere ignorar o excusar el pecado, pero todos nos enseñan a ser humildes y amorosos mientras intentamos mostrar a los demás, independientemente de su edad, una mejor manera.
 

Para terminar, escribirmos esto por nuestro respeto para usted. Sabemos que usted es alguien que tiene el coraje de mirar más allá de las respuestas fáciles y superficiales, y la integridad de tener convicciones que no son populares. Créanos, en los círculos cristianos, diciplinar sin nalgadas es equivalente a la herejía, pero es una causa muy digna. Nosotros los queremos mucho a usted y su familia y estamos agradecidos de que Dios nos ha puesto bajo su dirección espiritual. Que Dios bendiga a usted y su familia. Carlos y Dulce

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